Faros y claros
Queridos amigos,
cuando el mundo está en pleno caos y la gente no puede ver el bosque por los árboles, podemos simplemente irradiar la luz para que brille y transforme todo lo que no está iluminado con nuestros rayos en respeto y aprecio. Las personas que, presas del pánico, no pueden ver el bosque recién emergido que tienen delante, normalmente no tienen ojo para los rayos de luz que brillan a través de él. Su invisibilidad no siempre tiene que ver con nosotros, sino también con ellos mismos.
Como un faro, nos mantenemos estables y centrados, independientes de las olas, el viento y otras influencias meteorológicas que provocan una tormenta. Si nos mantenemos plenamente en la luz, damos a los demás la oportunidad de decidirse tarde o temprano por el amor, la verdad y la paz, y de reorientarse. Del mismo modo, podemos crear islas de luz en los bosques y mantener estos claros preparados para los demás.
A veces es lo único que ayuda, porque inconscientemente nuestro resplandor siempre tiene un efecto en nuestro entorno. En algún momento las capas de niebla se desvanecerán y la tormenta cederá. Entonces, incluso los que tienen el corazón cerrado volverán a vislumbrar la humanidad verdadera, libre y amorosa. Por la luz que tenemos siempre preparada.